PLAN DE CONSERVACIÓN Y
MANEJO DE LA PALMA Attalea
butyracea (real o de vino)
La familia de las palmas, Arecaceae es una de las más abundantes y diversas del
Neotrópico, estimándose cerca de 1500 especies y 200 géneros en el mundo
(Henderson et al., 1995) y un total de 459 especies para el Neotrópico (Pintaud et
al., 2008). Para Colombia se han reportado 231 especies de palmas agrupadas
en 44 géneros, ocupando el país a nivel mundial el segundo puesto después de
Brasil en riqueza de estas especies (Galeano & Bernal 2010).
Las palmas, constituyen un elemento característico y abundante de los bosques
tropicales y cumplen un papel ecológico significativo, entre otros por encontrarse
presente en todos los estratos del bosque, aportando en el mantenimiento de su
estructura y función. Igualmente, las palmas han sido y siguen siendo uno de los
grupos de plantas más utilizadas en los trópicos para la extracción de
productos forestales no maderables -PFNM- (Aguilar & Jiménez 2008, Galeano
et al., 2010), debido a la importancia social y económica que representan para las
comunidades locales (Baslev et al., 2011).
Para los bosques secos tropicales, se han reportado 37 especies de palma, las
cuales se encuentran distribuidas en remanentes asociados a bosques de
galerías, o dispersos en una matriz de pastos, cultivos agrícolas y zonas de
expansión urbana, siendo la pérdida del hábitat, un factor que incide en la
disminución de sus poblaciones. Adicionalmente, las perspectivas de
aprovechamiento que actualmente tienen estas especies y otros productos no
maderables pueden ocasionar sobreutilización del recurso, trayendo como
consecuencia implicaciones económicas para la población que las usa y
ecológicas para el ecosistema que las sustenta (López, 2008).